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Arquitectura biomimética: exoesqueletos

Para innovar no siempre hay que inventar algo nuevo, a veces basta con mirar alrededor y copiar un proceso, dándole un uso diferente, al modo de la llamada arquitectura biomimética, que toma como fuente de inspiración la naturaleza, estudiando cómo otras especies planifican y construyen sus hogares (nidos, madrigueras…) para aplicarlo a las edificaciones actuales.

Uno de los ejemplos más utilizados de la arquitectura biomimética es el empleo de estructuras metálicas vistas, tomando como base el ejemplo de los exoesqueletos de los moluscos. Mediante esta técnica es posible construir grandes edificios con armazones de acero basado en vigas y soportes ensamblados de forma triangular.

La arquitectura biomimética tiene, en esta forma de construir, lo que se conoce con el nombre de ‘Diagrid’ (por su acrónimo en inglés ‘Diagonal grid’ o rejilla en diagonal), dando lugar a edificios vistosos e innovadores cuyas estructuras requieren de menos cantidad de material de soporte y, a su vez, llevan aparejados reducción de costes, disminución de tiempos de construcción y un mayor ahorro energético, lo que hace que sea considerada una opción para quienes desean construir un edificio sostenible.

Asimismo, dentro de la arquitectura biomimética se ha comprobado que la construcción basada en un exoesqueleto supone una gran ventaja en el caso de edificios afectados por grandes solicitaciones, dado que permite eliminar el uso de grandes columnas y provee de una mejor distribución de la carga de fuerzas.

Arquitectura biomimética: ejemplos de exoesqueletos modernos

En la Región de Murcia uno de los ejemplos más conocidos de construcción basada en un exoesqueleto es la del Parque Científico ubicado en el Campus Universitario de Espinardo. Otro importante ejemplo de edificaciones biomiméticas basadas en exoesqueletos es el edificio de oficinas londinense conocido popularmente como ‘The Gerkin’ (el Pepinillo), creado por Norman Foster, edificación con la que obtuvo el Premio Pritzker en 1999 y que, gracias a sus triangulaciones ligeras en forma de exoesqueleto, pudo disponer de un sistema de calefacción y ventilación inteligentes para ser considerado como uno de los edificios sostenibles más impresionantes del skyline de Londres.