El material que va a revolucionar el sector de la construcción: el acero verde

La preocupación por la sostenibilidad es algo global. Pocos sectores industriales quedan fuera de la necesidad de tener que mejorar sus procesos, para conseguir ser eficientes y productivos sin por ello provocar grandes efectos nocivos en el medio ambiente.

En el marco del sector de la construcción, el acero ya se presentaba como un material con características más sostenibles que las de otras opciones; pero ahora se ha dado un paso más y parece que la compañía sueca SSAB ha encontrado una forma más limpia de producir este material, con tantas utilidades a nivel comercial.

De hecho, el acero es uno de los materiales más empleados en el mundo de las estructuras metálicas. Con más de dos millones de toneladas fabricadas anualmente, es uno de los principales elementos usados en automóviles, edificios y objetos del día a día, como cubiertos o herramientas, por ejemplo.

No en vano, la fabricación de acero requiere el uso de carbón y coque en altos hornos industriales que emplean combustibles fósiles —carbón, petróleo y gas natural— necesarios para alcanzar las altas temperaturas y reacciones químicas que se precisan para poder obtenerlo. Unos procesos que dan lugar, aproximadamente, al 7 % de las emisiones de CO2 causadas por el hombre a nivel mundial.

La propuesta de SSAB, que ha contado con la ayuda de LKAB y Vattenfall – compañía minera y eléctrica propiedad del estado y el gobierno suecos- pasa por reemplazar esos combustibles por hidrógeno, dando lugar a una nueva metodología de producción denominada HYBRIT (por sus siglas en inglés de Hydrogen Breakthrough Ironmaking Technology) la cual consiste en utilizar partículas de hierro obtenidas de forma limpia, en las que se le inserta hidrógeno también obtenido a partir de métodos respetuosos con el medio ambiente. De esta forma, las emisiones generadas para producir acero se reducen a agua y se obtiene el conocido como acero verde.  

A día de hoy, la empresa asegura estar trabajando ya con marcas como Volvo, y la expectación es máxima en cuanto a las posibilidades que ofrece este nuevo material si su producción se convirtiese en una realidad mundial.