La Torre Willis y el potencial de su estructura metálica

torre-willis-2Hace solo un par de años que Willis Tower Watson adoptó ese nombre como empresa a pesar de que su andadura en el mundo de los negocios se remonta a 1828 cuando Henry Willis empezó a comerciar con artículos importados a comisión en el Reino Unido, tal y como se lee en su web.

Pero su sede más emblemática, inicialmente denominada como Sears Tower dado que fue un encargo de la empresa Sears, es actualmente conocida como la Torre Willis y se construyó entre agosto de 1970 y el 3 mayo de 1973, día en el que fue inaugurada.

Hablamos del que fuera el edificio más alto del mundo hasta que en 1996 se inauguraron las Torres Petronas en Kuala Lumpur (Malasia) y el más alto de Estados Unidos hasta que en 2013 fue superada por el One World Trade Center de Nueva York.

La Torre Willis se encuentra en Chicago y todavía hoy ostenta el título de edificio de oficinas más alto de América con 442 metros de altura hasta la cubierta y 527 metros hasta el final de la antena . Con más de 16.000 ventanas, hasta sus instalaciones se trasladan cada día las 11.000 personas que trabajan en ella, las cuales comparten alrededor de 40.000 kilómetros de tuberías, 69.000 de línea de teléfono y 943 aseos. Todo ello en un espacio disponible de 41 hectáreas, el mismo que ocuparían 75 campos de fútbol.

Pero lo realmente interesante, motivo por el cual le dedicamos este espacio, es algo que en la mayoría de edificios no se aprecia a simple vista si no que se esconde detrás de sus muros: su estructura. En el caso de este rascacielos, su diseño se basa en una idea que nunca antes se había empleado y que lo convierte en extraordinario. 

La protagonista del texto se levanta sobre una estructura metálica formada por una serie de tubos cuadrados de 23×23 metros, con columnas en el perímetro, unidos por la base en configuraciones de 3×3. A simple vista se puede apreciar como deslizando varios tubos en varias alturas se obtiene la configuración que caracteriza al edificio y que coincide con sus sistema estructural, es decir, lo que se ve es lo que la sostiene: su diseño arquitectónico está basado en la estructura.

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La obra, firmada por el equipo del arquitecto Bruce Graham y el ingeniero Fazlur Khan, costó 160 millones de dólares y para su construcción se emplearon unas 176.000 toneladas de acero junto con más de 55.000 metros cúbicos de hormigón. Como se ve en la imagen, la Torre Willis tiene un exterior de aluminio negro con cristales color bronce cortados por líneas negras.

Una torre de Pisa moderna

Chicago es mundialmente conocida como ‘la ciudad del viento’ aunque no se debe a que quienes caminen por sus calles deban hacerlo sujetándose el sombrero. Hay varias teorías al respecto, en las que no entraremos, pero ninguna coincide con el clima. Quizá la que más se acerca sea la que asegura que las corrientes de aire, procedentes del lago Michigan, sirvieron durante un tiempo como atractivo para los turistas que llegaban a la ciudad en busca de un clima más fresco.

La cuestión es que cuando se construye un edificio tal alto como lo es la Torre Willis hay que tener en cuenta las inclemencias del tiempo y el viento es una de ellas. En su caso, cuenta con una pequeña inclinación difícil de detectar para el ojo humano, como si de una ‘torre de Pisa’ del siglo XX se tratase. No sigue una vertical perfecta porque el peso de su centro de gravedad no está centrado si no que las columnas del lado oeste soportan menos peso que las del lado este y eso le hace que esté inclinado 15 cm hacia el oeste. Además se mueve dado que está preparado para oscilar hasta 90 cm. en los perores casos de viento, aunque lo habitual es que no se mueva más de 20 cm. Claro que, ese efecto sí se detecta una vez que estás dentro y de manera más significativas cuanto más alto te encuentras.

Ampliación Innovadora

Como bien sabemos en Serycoin, una de las principales características de las estructuras metálicas es que permiten que las construcciones se amplíen de manera sencilla, si así se requiere. En el caso de la torre de oficinas, como suele ocurrir en muchos de los edificios más emblemáticos de Estados Unidos, las numerosas visitas de los turistas hizo que fuera necesario crear un acceso propio para ellos que no dificultase la actividad diaria de quienes acuden allí a trabajar.

En 1985 se añadió, en el frente del edificio, una entrada independiente y además, en la planta 103 (a 412.69 m. de altura) se realizó una plataforma de observación que en días claros permite ver cuatro estados, Illlinois, Indiana, Wisconsin y Michigan.

Esta plataforma también se incorporó con facilidad, debido al espíritu innovador con el que se proyectó el edificio que, basandobalcones torre willis su estructura en el acero, permite este tipo de modificaciones. A esa altura se incorporaron algunos pequeños balcones de cristal de cinco lados, los cuales ofrecen la sensación de estar suspendido en el aire y permite vistas en todas las direcciones, solo aptos para quienes no padecen de vértigo. Claro que su seguridad está más que garantizada. Se trata de espacios que cuentan con menos de un metro y medio de profundidad y tres metros e alto por tres de ancho. Están realizados con paneles de vidrio laminado de 3,81cm. de espesor que cuelgan de un bastidor de acero que cabalga sobre carriles, lo que le permite ser retraído al interior del edificio para su limpieza y mantenimiento.

En definitiva, todo un referente de la arquitectura en el que se ponen de manifiesto las múltiples ventajas de las estructuras metálicas no solo en construcción industrial sino también en edificios de uso civil en los que diseño y funcionalidad no están reñidos, más bien todo lo contrario.